viernes, 13 de enero de 2012

GARCITA BUEYERA (Bubulcus ibis)


Foto de Marj k - Flickr

Mide hasta 65 cm.
Como lo dice su nombre, es comun verla en el campo cerca de animales o sobre ellos.

Tiene el pico robusto y cuello relativamente corto y ancho, que suele tener encorvado. Los adultos fuera de la época de cría tienen el plumaje prácticamente blanco, con el pico amarillo y las patas amarillo grisáceas. Durante la época de apareamiento los adultos de la subespecie nominal desarrollan una coloración anaranjada en las plumas de la espalda, cuello y cresta. Y el pico, las patas y el iris se tornan rojos. Ambos sexos son de apariencia similar, pero los machos son algo más grandes y tienen las plumas nupciales ligeramente más largas que las hembras. Los juveniles carecen de las plumas anaranjadas y tienen el pico negro.

La posición de los ojos de la garcilla permite la visión binocular, útil para la caza, y los estudios fisiológicos sugieren que la visión de esta especie le permiten la actividad crepuscular o nocturnal. Está adaptada para alimentarse en tierra, y ha perdido la capacidad de sus parientes acuáticos de compensar el efecto de la refracción en el agua.

Foto de Gustavo (lu7frb) Flickr
Esta especie emite una llamada sorda y gutural que suena como rick-rack en las colonias de cría, pero se mantiene silenciosa el resto del tiempo.

A pesar de haberse alejado de la alimentación acuática, no lo ha hecho así con respecto a la reproducción. Por lo general anida en colonias que en algunos casos llegan a contar con miles de parejas. Prefieren anidar sobre árboles próximos o cerca de ríos y lagos. En muchos casos construyen los nidos en ramas que se extienden sobre el agua. La nidada consiste de uno a nueve huevos color celeste o azul verdoso pálido. La incubación toma de 21 a 25 días. Los pichones dejan el nido a los 45 días.

Foto de Roger Smith - Flickr
Después de los meses de cría se desplazan, volando largas distancias. No mantienen un patrón ni aparentemente persiguen una destinación específica durante este desplazamiento, vuelan en todas direcciones, aun sobre los mares. Este comportamiento eventualmente les permitió llegar a las Américas. Lograron la travesía sobre el océano Atlántico a fines del siglo XIX. En el Nuevo Mundo se han procreado de tal forma, que ya se encuentran en todas partes.







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