jueves, 5 de enero de 2012

ÑANDÚ, SURI, EMA (Rhea americana)



Mide 1,50 m

La palabra Ñandú es de origen guaraní quiere decir araña, probablemente porque cuando abre las alas parece una araña en su tela, cuando se veía una araña se le decía ñandú, cuando se veía al ave se le decía “ñandú guazú“, araña grande. Otros nombres muy generalizados con que se le conoce son el quechua, "suri" (o "surí") y el mapudungun o araucano, "choique" (choik'e, castellanizado "cheuque"), denominación que en lo real parece provenir de los patagones.

Es el ave más grande de América, dividiéndose en cinco subespecies.

Posee un pico ancho y fuerte, cabeza pequeña y cuello largo cubierto de plumas. El cuerpo es de plumaje gris cenizo en el dorso y de vientre blanco. Las patas son grises (posee tarsos sin plumas) con tres dedos hacia delante y fuertes uñas.
Macho: Posee una collar negro en la base cuello y pecho negro.
Hembra: Color gris pálido, sin negro y más chica.

Muestran un comportamiento gregario, formando grupos de 2 hasta 50 individuos. Al comienzo de la estación de cría se produce la fragmentación de los grupos invernales cuando un macho dominante monopoliza y defiende, mediante la exclusión de otros machos, un grupo de 2 a 8 hembras. Luego estas hembras pondrán entre 20 y 30 huevos (elípticos, 16 x 9 cm, 650 gr. de color crema o amarillento que se aclaran con el tiempo) en un solo nido colonial, que no es más que una depresión en el suelo. La incubación comienza a los pocos días de haber sido puesto el primer huevo y se extiende por 36-37 días. A pesar de las diferencias temporales que existen en la puesta de huevos, la eclosión de éstos es sincrónica (Bruning 1974). A partir de aquí el macho se encargará de la incubación y crianza de los pichones también llamados “charitos o charabones”. Después de finalizada la puesta, las hembras se unirían a otros machos poniendo mas huevos (Muñiz 1885, Astley 1907, van Heyst 1950, Bruning 1974, Martella et al. 1994).




Los pichones nacen con una coloración críptica, de rayas oscuras a lo largo de la columna, con fondo amarronado oscuro.

Alrededor de los tres meses, cuando mudan adquieren un color gris uniforme, con leve tono plomizo.
 
Desde poco antes de nacer emiten sonidos, cuando son charitos emiten un silbido de baja frecuencia para mantenerse en contacto, luego realizan sonidos graves, silbidos y bramidos, en la época de celo.
Estas enormes aves no vuelan, se adaptaron especialmente para correr, llegando hasta los 80 km por hora. Usan las alas para cambiar de dirección rápidamente mientras corren.


Curiosidades: carecen de músculos pectorales (pechuga), quilla y de buche. Crías nacen con plumas rígidas semejantes a pelos, de color rayado. Las plumas son más flexibles y de mejor calidad para hacer plumeros que las del avestruz africano. También el cuero es mucho más delgado y flexible lo que permite la confección de prendas de vestir de buena calidad.




EL ÑANDÚ
(leyenda mocoví)
Este cuento integra una colección de libros editados por el Ministerio de Educación a través del Proyecto “Santa Fa lee y crece” y está incluido en el libro Leyendas argentinas, de Editorial Norma.


  • ¡Ahí va el joven indio Nemec! ¡Ahí va el ñandú!
  • Nemec va escondido, el ñandú va a carrera abierta.
  • Nemec lo persigue, siempre a distancia, una distancia que no puede acortar.
  • Hace tanto que Nemec persigue al ñandú que ya no desea alcanzarlo.
  • El cazador admira a su presa.
  • Admira su rapidez, la gracia para correr, sus fabulosas plumas.
  • Sus lamentablemente fabulosas plumas… Porque por ellas lo persigue Nemec.
  • El jefe de la tribu las necesita para renovar su tocado.
  • Cuanto más bellas plumas de ñandú tenga en el tocado, más demostrará el jefe su poder.
  • Y con esa misión ha enviado el jefe a Nemec. Conseguir plumas de ñandú para un tocado nuevo
  • Ahora están la presa y el cazador viviendo el drama. Uno delante del otro, corriendo bajo la noche con más estrellas que haya conocido el mundo en toda su historia.
  • O por lo menos eso piensa Nemec.
  • Pero él no puede distraerse contemplando cada estrella, como hace cuando está en la tribu.
  • En las noches de la tribu, él bautiza las estrellas con nombres inventados.
  • En el cielo de la tribu, él puede unir una estrella con otra y descubrir qué animal se dibuja con ellas como vértices.
  • En la hora de sueño de la tribu, él puede bostezar bajo las estrellas y abrir grande la boca como para tragarse alguna, haciendo reír a su hermano más chico.
  • Pero ahora la tribu está lejos, los que están cercanos son sus recuerdos.
  • Lejanas y cercanas estrellas. Lejana y cercana tribu. Lejano y cercano ñandú que corre delante de Nemec, bajo el cielo de estrellas.
  • Nemec piensa que nunca va a alcanzar a ese ñandú, por lo tanto nunca va a regresar a su tribu.
  • Él tiene la fama de cazador y su orgullo. No puede regresar con las manos vacías.
  • Esa noche estrellada va a durar para siempre —piensa Nemec—. Con el ñandú y él corriendo como parte del paisaje.
  • Nemec siente un gran agotamiento, corre más lento y se asombra de que la distancia entre él y su presa no se haga más ancha.
  • En verdad, la distancia entre ambos se está acortando.
  • Nemec comprende que llegó el final. El ñandú también está cansado.
  • El joven indio prepara su arma sin convencerse de que, en unos instantes, esa carrera que duró un tiempo sin tiempo, concluya cruelmente.
  • Pero el ñandú hace su último gesto de maravilla. Levanta vuelo.
  • El milagro persiste. Aunque no es su naturaleza surcar las alturas, el ñandú asciende, con facilidad, hacia lo más alto, se remonta hasta el firmamento, y se mezcla con las estrellas.
  • Nemec sigue corriendo y alza sus brazos como para elevarse también.
  • Nada sucede.
  • Excepto que en el cielo hay una constelación nueva.
  • Nemec no sabe que cuando regrese a su tribu, su fama resplandecerá. Ni siquiera lo imagina mientras marcha derrotado pero a la vez con alivio
  • En la tribu dirán que el único modo en que una presa pueda escaparse de semejante cazador es desaparecer en el cielo, porque en la tierra, Nemec no da tregua a nadie.
  • Y gracias a él, contarán sus nietos y los nietos de sus nietos, ahora existe la Cruz del Sur.
  • La Cruz del Sur es ese ñandú inalcanzable que perseguimos todos lo que vivimos bajo su luz.
  • Una luz tan lejana como las estrellas y tan cercana como el cielo de nuestra casa.


Texto © 2005 Graciela Repún. Dibujo © 2005 Rodrigo Folgueira.
Permitida la reproducción no comercial, para uso personal y/o fines educativos.
Prohibida la reproducción para otros fines sin consentimiento escrito de los autores. Prohibida la venta.
Publicado y distribuido en forma gratuita por Imaginaria y EducaRed:
http://www.educared.org.ar/imaginaria/biblioteca



1 comentario:

  1. Hola mi nombre es Marta y quisiera saber si alguien me puede vender huevos de ñandú para decoración en Argentina. Por favor comunicarse vía email a
    megorosti@gmail.com
    o bien al 1524546249
    Muchas gracias

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